“Hic et nunc”, (aquí y ahora), esta afirmación, tomada en su sentido lato nos lleva a ubicar al hombre en una dimensión espacio-temporal, de la cual no se puede desarraigar, y en la cual se desenvuelve, la vida siempre sucede en un cuándo y en un dónde, sin embargo, es el hombre quien decide de qué modo afrontar ese dónde y ese cuándo, que necesariamente nos llevan a pensar en el sentido histórico del hombre.
La historia en el hombre puede cobrar suma importancia o simplemente pasar desapercibida, como algo sin sentido y hasta cierto punto innecesario, ante esta situación es preciso preguntarnos ¿qué papel juega el sentido histórico de la vida en el hombre contemporáneo? Si asumimos la historia como algo sin importancia, nos podemos hundir en el sin-sentido de un destino que se precipita sobre nosotros, que nos determina y que quién sabe hacia dónde nos encamina, pero por otro lado, si asumimos la importancia de la historia, nos damos cuenta de que se convierte en algo inaccesible, en algo de lo que nunca tendremos certeza, pero que a la vez, en ella encontramos el sustento de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser.
Desde esta perspectiva, la historia se vuelve paradójica, enredosa y hasta cierto punto confusa, sin embargo, se presenta como algo dado, y de lo cual no podemos escapar, porque siempre estaremos limitados por un tiempo y un espacio determinados, aunque no determinantes. La historia, desde la perspectiva de María Zambrano, debe ser algo que nos posibilite actuar y transformar no sólo nuestra realidad personal, sino también social, la historia no ha de ser algo que se debe padecer, sino algo que nos permita desarrollarnos y plenificarnos, pero ¿cómo hacer esto, en una sociedad que busca el desarraigo y la inestabilidad, que está en constante tensión hacia lo indefinido?, ¿cómo “hacer historia”, cuando lo que se pretende es olvidarnos de la historia y desapegarnos de un pasado que nos ha dejado sólo dolores de cabeza?
Ante una situación así, la historia se vuelve aún más problemática, ¿cómo ser protagonista en un sistema económico, social y político, que prefiere la masa sobre el individuo? De tal realidad se nos da cuenta en la película “la vida de los otros”, en la que la vida de la masa prima incluso, sobre la vida de los individuos, en la que la vida de un hombre no importa tanto, si no es en relación a la masa y a los intereses de “los otros”. ¿Es este acaso el sentido de la historia en el hombre contemporáneo?, ¿ser el portador de una historia que no es propia, que le pertenece al Estado, antes que al individuo mismo?, al menos este es el problema de fondo que se nos plantea en la cinta.
A mi parecer la vida y la historia personal de cada individuo, aún cuando influye sobre la vida de una sociedad, siempre va a ser única y exclusiva, aún cuando esta se vea afectada por un sistema político o económico, y esto lo sabe el hombre, y ante esta realidad, es preciso optar, entre dejarse llevar por el destino, que siempre será uno y determinante, o asumir el riesgo de vivir la propia existencia con sus tensiones, dificultades y limitaciones, a fin de desarrollar la propia historia y dejar el “sello personal”, en una sociedad a la que poco le interesa la originalidad de la existencia del hombre…
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