jueves, 28 de mayo de 2009

LA SOCIEDAD CONSUMISTA Y LA IMAGEN DEL HOMBRE


Las sociedades humanas han tenido a lo largo del tiempo diferentes formas de funcionamiento, dependiendo del punto de partida que se asuma, así por ejemplo han aparecido sociedades cuyo fundamento tiene un carácter teológico, u otras sociedades que se valen de la igualdad entre los seres, etc., así hasta llegar a las sociedades contemporáneas cuyo fundamento se basa en el hombre como ser consumista, al igual que otros reduccionismo que mira al hombre desde un solo aspecto, en este caso se le considera en cuanto se convierte en un elemento más de una sociedad que ha adoptado como único credo, los mandamientos de una economía de mercado. Los seres humanos insertados en este sistema consumista llegan a convertirse también a sí mismos en mercancías, nada debe de salvarse según la lógica misma en que funciona dicho sistema, por eso tiene que enfrentarse directamente a todo aquello que represente un orden diferente , a través formas diferentes de relación entre los hombres. Desde luego se podría dudar de que esta sociedad basada en el consumismo haya sido producto de una persona o un grupo reducido de personas que han querido organizar las sociedades humanas entorno a la imagen de un ser humano desprovisto de los lazos más vitales que lo unen con los demás seres humanos, pero lo cierto es que este estado de cosas es beneficioso sólo para unos cuantos, quizás se piense que el mismo desarrollo del capitalismo ha llevado al extremo las características que hoy predominan, características que ya estaban presentes desde su aparición.
La imagen del hombre de la sociedad consumista es un ser que está inmerso en una red de consumo de la que parece no poder escapar, porque se le muestra un mundo que no puede escapar a las leyes del mercado. La conducta del hombre está motivada por su capacidad competitiva que lo coloque así mismo como una de las mercancías de uso, Frankl ya había escrito sobre el peligro del reduccionismo, su perspectiva pretende mirar al hombre como un ser esencialmente espiritual de la que los hombres en su vida cotidiana deben de responder con la realización de un sentido, que no es ni la búsqueda de placer, ni de poder, ni tampoco la realización de sus potencialidades, un sentido que siempre se dirige hacia su prójimo. Parece ser que la sociedad capitalista que en otro tiempo se presentaba así misma como la garante de la libertad frente al comunismo, se ha quitado el velo y dejado ver su verdadero rostro, al querer borrar de las sociedades humanas, la diversidad y autenticidad, valores que en otro tiempo había impulsado.

miércoles, 27 de mayo de 2009

El papel de Eros y la relación entre sexualidad y virtud (El deseo humano).

En el mito del andrógino queda claro que “el amor no existió entre nuestros esféricos antepasados. No vino al mundo sino hasta que éstos fueron partidos en dos”[1]. Entonces, cada mitad suspiraba por la otra parte de la que había sido separada. Por lo que siempre que las partes se encontraban, se abrazaban y pretendían crecer juntas de nuevo. No se separaban ni siquiera para buscar alimento. La raza hubiera muerto de hambre si Zeus no se hubiera apiadado de las creaturas biseccionadas, trasladándoles los órganos reproductores de un lado a otro para que, al abrazarse, algunos de los mortales pudieran engendrar a nuevos miembros de la raza. Pues hasta entonces, la procreación había tenido lugar sin coito.

A partir de aquellos acontecimientos prehistóricos, todo ser humano ha sido únicamente la mitad de sí mismo, buscando siempre a la parte opuesta que volvería a hacer de él un ser completo. Así, queda claro que el amor “no es sino en el nombre del deseo y la búsqueda de la plenitud”[2].

También podemos verificar que la relación entre amor y sexo en el mito de Aristófanes ambos se encuentran esencialmente conectados. “Amar es anhelar la otra mitad de uno –el otro yo o alter ego – y eso sucede antes de que Zeus traslade los órganos reproductores al frente para hacer posible la cópula sexual”[3]. Con queda claro que para Aristófanes lo mismo que para Platón, el sexo es un recurso físico, ya que desde su perspectiva el sexo es necesario para la procreación por nuestra condición dividida; puede proporcionarnos una unión rudimentaria con otra persona, pero no implica en sí mismo la naturaleza del amor. “Lejos de ser sexual, el amor es la búsqueda de ese estado de plenitud en el que el sexo no existiría”[4]. Lo cual nos revela que Eros es un estado de plenitud, en el cual el sexo no está necesariamente a la base de sus preconcepciones.

Pero el amor no es solo el deseo, ya sea de la mitad o del todo “a menos de que se dé la coincidencia de que éste sea de algún modo bueno, ya que aun sus pies y sus propias manos están dispuestos a amputarse los hombres, si estiman que los suyos son malos”[5]. Sócrates va mucho más allá de la posición de Aristófanes porque si el amor es deseo de la mitad o del todo sólo cuando éstos son buenos, la fuerza motivadora del amor es un anhelo de bondad y no simplemente de plenitud.

Es por ello que podríamos concluir que para Sócrates el amor siempre se dirige a lo que es bueno y de que la bondad es el único objeto del amor. Pues cuando el hombre ama, en realidad lo que éste busca es poseer la bondad que hay en ese algo. Y no sólo temporalmente sino con un carácter permanente, no causalmente sino con ese anhelo ferviente que los hombres han asociado siempre al amor. Así, la filosofía erótica de Platón concluiría que “el amor es el deseo de la posesión constante de lo bueno”[6].
Podemos verificar como los griegos tenian claro cual eran las motivaciones y por lo tanto la naturaleza de sus deceos. El punto es si el hombre contemporáneo sabe qué es lo que decea. Me parace que día a día el hombre habla más de sus cosas y manifestaciones exteriores, y deja de lado su conocimiento interior.

[1] I. SINGER, La naturaleza del amor, volumen 1, primera edición en español 1992, p.69
[2] Ibíd., p. 70
[3]Ibíd.
[4] Ibíd.
[5] PLATÓN, El Banquete, en: I. SINGER, La naturaleza del amor, volumen 1, primera edición en español 1992, p.71.
[6] Ibíd., p.72.

martes, 26 de mayo de 2009

SHELER


LA DICTADURA DE LOS DESEOS

Hablar con rerefencia a la cuestión de los deseos, es algo bastante importante en el actuar del hombre, ya que por su misma naturaleza, tiende a llevalos rinherentemente con él. Antes de comenzar a hablar propiamente de la cuestion de los deseos, comenzemos por centrarnos en los conceptos que van unidos al de deseo y que son de gran importancia en Scheler, estos son: Libertad y voluntad. Para Scheler, hablar del concepto de libertad, nos va a definirlo como un ejercicio propio de la voluntad, es decir que cuando existe voluntad, hay en el individuo un querer, que se da por una disposición de animo que presenta el individuo, y no como una mera legislación o algo que se deba de cumplir por imposición o por un deber hacer.

La voluntad dice Scheler, es una acto de realizar y que esta dirijida con tendencia hacia una finalidad querida. Partiendo de estos conceptos, el autor identifica los deeso de la siguiente manera: cualquier sentimiento (como en este caso el deseo) es un acto de profundidad y va unida esencialmente a cuatro grados característicos que corresponden a la estructura de toda nuestra existencia humana:
1.-Sentimientos sensibles- aquellos que se perciben por la sensación
2.-Sentimientos corporales-son como estados
3.-Sentimientos puramente anímicos- son los sentimientos puros del yo
4.-Sentimientos espirituales-sentimientos de toda personalidad.
Todos los deseos y sentimientos, tienen referencia vivida al yo, e s decir a la persona.1

El deseo es una apetencia que se tiene y que se presenta en cada momento de nuestra vida. Va a encontrarse siempre presnte en el individuo y dificilmente escapará de el. Para esto Scheler propone buscar como fin último en cualquier acto los valores. Es decir como dice Scheler: en cualquier tendencia hacia algo (deseo), va inclusa la percepción sentimental de algún valor, que fundamenta la significación de la tendencia.2 en pocas palabras todo deseo realizado por el individuo, se ve como “Bueno”, ya que a fin de cuentas, va a tener un beneficio para el individuo, en cualquier forma que se presente. Es por esto que se debe tener muy presente el aspecto del valor, ya que si el individuo no hace suyo este concepto, podrá sentirse mal ante la sociedad, ya que cualquier deseo o inclinación que este tenga, podría verse no muy bien por los demás o inclusive llegar a causar un detrimento en otra persona.

La apetencia, dice Scheler, se da de una forma apriori, y puede que permanezca así, sin salir a la luz y quedarse guardado en lo mas profundo del individuo, sin embargo este tiene la necesidad de responder a deseos propios de su naturaleza humana(comer,dormir,relación,etcétera).
Y es así como el individuo actua éticamente, cuando tiene presente que otros deseos, distintos a las necesidades básicas, pueden llevarlo a no encontrase satisfecho, con lo que después de realizarlos se podría arrepentir o en pocas palabras “lamentarse”.La necesidad o deseo,cometa el autor, presenta dos características principales:

La necesidad o deseo no es un simple movimiento impulsivo que se presenta en el individuo, por ejemplo d e hambre la necesidad es un sentimiento de desagrado por la no existencia de un bien de especie concretamente determinada.

Toda necesidad descansa sobre un movimiento instintivo, se repite periódicamente, porque no es una necesidad, aquello que apetecemos por una sola vez en la vida.3

El aspecto del deseo, entra en el ámbito de los valores, en cuanto se tiene que ver como causa final de ellos, una profundidad de satisfacción, para esto una satisfacción correcta, es aquella que nos haga llegar a alcanzar valores altos, no se debe pensar que sea el placer, aunque puede presentarse como consecuencia de este. Satisfacción es propiamente, una experiencia de haber cumplido. El hombre entonces, tiene plena libertad de actuar tal y como su deseo, los muestre reflejado en sus actos, siempre teniendo presente como dice Scheler, la cuestión ética.

MI conclusión personal, es que Scheler da un sentido ético a los deseos, es decir trata de regulargos a través de los valores que estan presente per se en nuestra vida. Me parece que es dificil tener presente esto, ya que un deseo llega incluso a superara la racionalidad propia del individuo ya que por lo regular actuamos ante los deseos de una manera reactiva e institntiva. Los deseos son buenos o malos en cuanto a como y desde que perspectiva los vea cada individuo, tomando siempre en consideración a todos los que le rodean.

La dictadura de los deseos


Zygmunt Bauman, nos muestra una perspectiva clara sobre las formas y modos de consumo en la sociedad líquida. Es precisamente el consumo el eje rector de muchas actitudes de relación entre los individuos. El punto de análisis sobre el enfoque que el autor nos da, radica en reflexionar sobre el por qué el consumo es un modo concreto en el que los deseos toma forma sobre el objeto o el sujeto, pero más que ello, hacia donde se dirigen los deseos que al alcanzarlos no dejan satisfecho al hombre moderno. Es como tener al objeto de mi afecto o comprar el objeto de mi interés para saciar un deseo de poseerlo. Después de que lo tengo, que viene? Soy más contento? En qué medida el deseo del corazón es plenamente realizable, es decir, en qué medida se cumple? O, la realidad sólo me demuestra que puedo quedarme en el deseo y no habrá nada más atractivo?

En este sentido, la reflexión sobre el autor cobra una mayor relevancia para poder hablar de la dictadura de los deseos.
Bibliografía para analizar
BAUMAN, Zygmunt, Amor Líquido, FCE, 2005, pp. 82-104
BAUMAN, Zygmunt, Vida de consumo,FCE, 2007,pp. 77-90