martes, 5 de mayo de 2009

El corazón y la razón constituyentes de la dimensión espiritual


La historia de la filosofía parece mostrarnos una historia de la humanidad escindida entre la razón y el corazón, estos planteamientos no necesariamente implican que los hombres en sus vidas cotidianas sean su vivo reflejo de estos planteamientos, ello no quiere decir que las ideas filosóficas no tengan ninguna incidencia sobre las circunstancias humanas, eso suponiendo que las diferentes ideas que de alguna manera han repercutido sobre la historia no tienen necesariamente un carácter filosófico todas ellas, por ejemplo los diferentes momentos de la historia de la filosofía han estado regidos por diferentes intereses entre los cuales sobresalen los de carácter teológicos. Otro de los aspectos en los que se puede ver la situación de la filosofía en las condiciones de las sociedades actuales, condiciones en las que las ciencias han alcanzado verdadera preeminencia, lo que hace del panorama contemporáneo un todo difícil de asir.
Eso es a partir de las pretensiones de las ciencias como la historia o la sociología para estudiar el fenómeno humano en toda su generalidad, eso deja claro que las disciplinas filosóficas que se encargan de algún sector de la realidad necesitan de las investigaciones de las diferentes ciencias para alcanzar un conocimiento adecuado de la realidad. No obstante las diferentes argumentaciones hechas en los textos leídos se ubican en un ámbito diferente del planteado por las ciencias, lo cual sugiere que las cuestiones propiamente humanas tienen que ser planteadas en dirección a la trascendencia. Las ciencias a pesar de ser necesarias para el conocimiento de lo real, la misma naturaleza de la ciencia la hace poco apta para comprender fenómenos típicamente humanos, como la libertad, etc.
La ciencia entonces también ha contribuido a esta aparente oposición entre razón y corazón porque ha querido reducir lo humano a lo biológico, a lo psicológico o a lo sociológico, planteando el problema de lo humano en el lugar menos propicio, es decir que ha pretendido responder a la pregunta ¿qué es el hombre? desde un aspecto parcial y no desde la totalidad de lo humano, por eso gran parte de los problemas de la filosofía han implicado generalizaciones desde una perspectiva parcial.
Por eso no resulta tan errónea la manera de pensar de algunos modernos al renunciar a la creación de sistemas intentando aprehender de una sola vez toda la realidad, la conciencia de la finitud no tiene efectos negativos si representa una actitud respecto a los límites del conocimiento humano, pero si puede ir en detrimento del conocimiento humano cuando se renuncia a la totalidad, a una totalidad que difícilmente puede encasillarse dentro de una teoría.
La propuesta de Frankl parte de la unidad fundamental de la persona, a pesar de que el hombre esta constituido por diferentes aspectos que van de lo biológico a lo espiritual, es desde una psicoterapia de “altura” como se puede comprender al hombre no sólo como un ser racional sino como un ser espiritual, abierto a la trascendencia.

1 comentario:

  1. Uno de los problemas de la modernidad fue exaltar a la razón y absolutizarla, pero el otro riesgo es pretender homogeneizar al hombre, cuando este se presenta precisamente, heterogeneo, diverso, prural,etc.Tal vez esta noción nos permite crecer en tolerancia y respeto por la alteridad de los individuos.

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