
"No actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios". Ésta es una de las afirmaciones más fuertes que hace Benedicto XVI en su discurso en la universidad de Ratisbona, afirmación con la que justifica la irracionalidad de la violencia en cuestiones de fe, es decir, la religión, la fe y cualquier manifestación religiosa, no puede ser incitada por la violencia, sino por la razón, la razón es el vínculo que une a los hombres y que nos conduce al develamiento de las verdades últimas de la existencia.
Dentro de las diversas ideas que Benedicto XVI expone en su discurso, me ha llamado la atención la forma en la que aborda el tema de la razón, sobretodo en Occidente, que es donde la razón ha sufrido los mayores ataques, los cuales nos han dejado con una idea de razón sintetizada por el racionalismo y el empirismo, cuya máxima expresión es el desarrollo de la ciencia y de la técnica, pero de un ciencia que se circunscribe en el ámbito positivista, que ve en la materia, la única forma de acceder a la verdad y al conocimiento verdadero, y esta es pues, la idea moderna de razón.
Esta idea moderna de la razón, en vez de abrirnos a la riqueza de la misma, nos limita, ya que el plano de la ética y de la religión, queda relegada solamente al ámbito de la conciencia personal, por otro lado, bajo esta idea de Razón, el conocimiento de Dios es inaccesible, ¿esto no es pues, limitar al hombre en su reflexión, cuando justamente éste se pregunta por su origen y su finalidad?, esta es la crítica que subyace en el discurso de Benedicto XVI, por tanto la propuesta que él hace a los miembros de la universidad de Ratisbona, es pues, abrirse con valentía a la amplitud misma de la razón, en vez de negar su grandeza.
Por último, creo que no se pudo haber elegido un mejor texto para el inicio de este seminario, texto en el cual, se nos pone de manifiesto el desafío de la razón, el cual puedo definir como la integración de lo material y lo espiritual, lo ético y lo pragmático, lo empírico y lo metafísico, en el cual converge el hombre, su historia, sus creencias, su cultura, y en última instancia, su forma de concebir a Dios y de relacionarse con él.
Dentro de las diversas ideas que Benedicto XVI expone en su discurso, me ha llamado la atención la forma en la que aborda el tema de la razón, sobretodo en Occidente, que es donde la razón ha sufrido los mayores ataques, los cuales nos han dejado con una idea de razón sintetizada por el racionalismo y el empirismo, cuya máxima expresión es el desarrollo de la ciencia y de la técnica, pero de un ciencia que se circunscribe en el ámbito positivista, que ve en la materia, la única forma de acceder a la verdad y al conocimiento verdadero, y esta es pues, la idea moderna de razón.
Esta idea moderna de la razón, en vez de abrirnos a la riqueza de la misma, nos limita, ya que el plano de la ética y de la religión, queda relegada solamente al ámbito de la conciencia personal, por otro lado, bajo esta idea de Razón, el conocimiento de Dios es inaccesible, ¿esto no es pues, limitar al hombre en su reflexión, cuando justamente éste se pregunta por su origen y su finalidad?, esta es la crítica que subyace en el discurso de Benedicto XVI, por tanto la propuesta que él hace a los miembros de la universidad de Ratisbona, es pues, abrirse con valentía a la amplitud misma de la razón, en vez de negar su grandeza.
Por último, creo que no se pudo haber elegido un mejor texto para el inicio de este seminario, texto en el cual, se nos pone de manifiesto el desafío de la razón, el cual puedo definir como la integración de lo material y lo espiritual, lo ético y lo pragmático, lo empírico y lo metafísico, en el cual converge el hombre, su historia, sus creencias, su cultura, y en última instancia, su forma de concebir a Dios y de relacionarse con él.
El discurso de Benedicto XVI en la Ratisbona, es un desafío que en ha trascendido a muchas esferas culturales, sobre todo en Europa, donde la forma de vivir el laicismo propone nuevas vertientes y desconoce en muchas de ellas el origen verdadero de la persona como un ser social, no como un ser de lo privado o de lo público. Parece que la mayoría de las veces nos encontramos inmersos en nuestro propio núcleo, dejando de lado todo lo que la realidad ofrece, no para hacer analizada, sino para ser vivida. Muestra de ello, es que hombres de este siglo como Benedicto XVI despierten con esta sensatez frente a la razón no sólo la pregunta, sino también el sobresalto sobre aquello que muchos consideran incuestionable. De esto se trata el pensamiento del hombre, de proponerse más allá de las propias fronteras culturales e incluso políticas.
ResponderEliminar¿Quién se atreve a hacer esto hoy en día? Donde la pluralidad y la tolerancia se proponen no como tales, sino como velos que justifican la incapacidad de pronunciar y defender lo verdadero en las sociedades modernas. Este hecho, es un desafío a la razón, no sólo en aquello que puede ser explicado, sino también en aquello que puede ser sentido y corresponde con la naturaleza, con el origen verdadero de cada ser humano.
Por eso la provocación de iniciar este seminario con este desafío, en medio de un mundo donde todo lo damos por hecho y empezamos a creer que lo que el mundo nos da como opción en medio de una falta de cuestionamiento sobre las cosas, es lo que hay y con ello debemos convivir, más no reinventar.