martes, 31 de marzo de 2009

LA RAZÓN Y NO LA VIOLENCIA EN LA TRASMISIÓN DE LA FE EN DIOS.
Ensayo sobre el discurso del Papa Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona.
El discurso que hace el Papa Benedicto XVI ante un grupo de científicos y académicos en la Universidad de Ratisbona, hace referencia al hombre y su relación con Dios en la que deja de manifiesto que esta no se da por medio de la razón ni por medio de la violencia, esto anterior en absoluto constituiría cierta idolatría y no un verdadero y autentico culto a Dios. Más, no se puede dejar excluida a la razón, esta tiene que ir acompañada de la fe.
Con respecto a la razón, los actos violentos y de terrorismo, los cuales atentan directamente contra la vida van en contra de ella misma –de la razón- pues no forma parte de la racionalidad que el hombre posee. Su pretensión de Benedicto es contribuir a que la razón sea bien entendida y se tenga un recto y responsable uso de ella, en donde el hombre viva de acuerdo a esta racionalidad en vínculo con la fe.
Enfatiza en gran medida que la violencia es irracional aún cuando sirva para la difusión de la fe, ello va en contra de lo que se denomina Guerra santa, pues para algunas culturas y religiones es un medio eficaz y válido por el cual se rinde culto a Dios, más, el Papa condena este acto afirmando que “la violencia está en contra de la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. Dios no se complace con la sangre dice; no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios”[1], esto anterior es una fuerte crítica a la cultura de aquellos países que en nombre de Dios hacen la guerra y le denominan santa, es fuerte porque con esto afirma que su cultura misma, en tanto realizan estos actos, van contra Dios y atentan contra su propia naturaleza, tanto de Dios como del hombre que fue creado a imagen y semejanza del Ser.
Por otra parte, da una alternativa de solución, proponiendo que la fe se manifieste en algo diferente a la guerra diciendo que “la fe es el fruto del alma, no del cuerpo. Por tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas”[2], esto es el diálogo y el razonamiento como medio eficaz para la difusión de una creencia, y es cierto, pero desde nuestro pensamiento y nuestra cultura, creo que, la guerra tal como nosotros la concebimos puede ser sometida a un juicio de valor que nosotros calificaríamos como inadecuada, pero ellos desde su cosmovisión verán lo contrario, es decir, justificarán la guerra como un medio para difundir y arraigar la fe en Dios.
En el discurso, Benedicto XVI, vuelve a presentar a Dios como el Ser actuante con el logos[3], y entiende por logos “tanto razón como palabra, una razón que es creadora y capaz de comunicarse, pero precisamente como razón”[4], con esto, afianza la necesidad de la elocuencia como medio por el cual se transmite y comunica la fe, por la palabra, y que va de acuerdo a la naturaleza de Dios y del hombre, sin violentar ni transgredir ninguna de las partes. Considero que una de sus pretensiones puede ser afirmar que la fe en Dios se comunica y no se impone, se convence y no se obliga.
[1] Discurso de Benedicto XVI en la Uiversidad de Ratisbona. En http://www.zenit.org/article-20352?1spanish
[2] Idem
[3] Cfr. Idem
[4] Cfr. idem



por Zergio A. Soriano

1 comentario:

  1. Por qué hablar de la razón en un contexto tan actual? Cuando en realidad Benedicto XVI se pudo haber centrado en ejemplos que no ocasionan sobresaltos. Por qué vale la pena desafiar la razón en una sociedad del siglo XXI donde aun muchas sociedades atentan contra lo más razonable que existe: la preservación de la vida humana. Precisamente el ejemplo de la guerra, o actualmente, la del terrorismo, son momentos históricos de sociedades, política, personas, justicia, en los cuales, el mal menor es aplicado cómo la alternativa última ante una serie de escenarios devastadores. Incluso muchas organizaciones y grupos parlamentarios hablan del mal menor como un argumento para el asesinato, llámese pena de muerte, eutanasia, aborto. De hecho, Benedicto XVI en su discurso a los representantes políticos internacionales de inspiración cristiana pronuncia en 2007, dejaba ver que frente a la cotidianidad de la política donde se puede ver oscurecida su acción como cristianos, no valía esto del mal menor, porque el mal no es ni grande ni pequeño, o es mal o no lo es. Un argumento lo suficientemente razonable.

    Apelando a la última de tus afirmaciones, la pregunta sería cuál es el método por el cual a través de la razón puede comunicarse el encuentro cristiano?

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