martes, 24 de marzo de 2009

El desafío de la Razón



La filosofía actual nos muestra un panorama cubierto de preguntas por responder, la primera de ellas, tendría que responder a dónde inicia la filosofía actual? Es decir, en qué momento pasamos del pensamiento moderno al pensamiento contemporáneo? Qué nos hace ser hombres y mujeres contemporáneas?


Podríamos considerar otras preguntas importantes para poder hablar de un pensamiento contemporáneo, sin embargo hay un elemento esencial para iniciar este recorrido: Hablar del pensamiento contemporáneo, implica hablar de la "razón".


El hombre ha puesto su energía a lo largo de la historia del pensamiento en una serie de supuestos que han dado sentido de esta razón, basta recordar el ideal de la santidad medieval, el cual fue sustituido en el renacimiento por el ideal fundamentado en razón, reflejando una autosuficiencia del hombre en su relación con el mundo y que trajo consigo la certeza de que la razón doblega cualquier cosa y con ello es posible conseguir la felicidad.


En esta razón como "medida de todas las cosas" el hombre se convierte en la medida de toda la realidad, encerrado en un tramo, haciendo imposible cualquier verdad que no esté centrada en el pequeño cuadro que ha trazado como su "gran" horizonte de poder. De tal manera que las certezas son difíciles de obtener, la novedad que porta la realidad misma no es atractiva, no desvela un atractivo trascendente, sólo atractivos momentáneos que se van convirtiendo en una fuente insaciable de deseos inmediatos. Pareciera que entonces la razón es una caja que enaltece y permite cumplir la autonomía del hombre, cuando en realidad la razón no es una caja, es una ventana abierta a la realidad que interpela al hombre en la totalidad de sus factores.


Es precisamente a través de la razón, que la conciencia de la realidad emerge y permite que el hombre del mundo contemporáneo posea la capacidad de relacionarse con ella y con el mundo inteligentemente, tomando todos sus factores de forma contundente y desvelando el significado verdadero de sí mismo, del otro, del mundo, de la vida, de lo trascendente.


En este sentido, la razón es lo que define al hombre y le relaciona con el todo, de manera que cada persona, historia, hecho, es la condición de relación con lo humano. Lo cual, abre la pauta a la relación con la realidad entera, como una relación propia de interés personal. De reconocer que cualquier hecho con el que se vincule, político, social, religioso, cultural, afectivo, etc, es la ocasión de responder inteligente mediante el juicio y la acción a la realidad que la vida propone.


Este es el desafío, que la razón responda a las exigencias humanas de las sociedades contemporáneas.

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